47 Edición FIC Xixón 2009

Los gafapastas e intelectualoides gijoneses están estos días que el culo les hace gaseosa. Ayer se inauguró la 47 Edición del Festival de Cine de Gijón. Ya sabéis, el Sundance español, solo que aquí no hace tanto frío ni tenemos como director a una viaje estrella de Hollywood con el pelo teñido.

Como, evidentemente, no podemos competir con otros festivales internacionales en lo que a presupuesto se refiere, se decidió en su día hacer del Festival de Cine de Gijón un referente del cine independiente, que aunque a veces pueda parecer un poco mierdoso, otorga mucha reputación intelectual. Y eso mola.

Reconozco que hasta ayer, no había ido nunca al Festival, y eso que soy un declarado palomitófago (o quizás precisamente por eso). Pero es que por una extraña razón, ése atractivo cóctel de cinefilia pura (familias desestructuradas, sexo, drogas, prostitución…) no me llamaba lo suficiente. Pero este año he decidido enmendar mi error, y pienso ir a unas cuantas pelis. A voleo. Fuego a discreción.

El Festival viene acompañado, como es costumbre, de una (para los entendidos) agenda de conciertos indies de solera. A saber: desde los “míticos” Lemonheads, hasta los Niños Mutantes, pasando por un porrón de grupos molones que ni conozco (ni me acuerdo de sus nombres) pero que son “lo más” para los lectores del Rock De Luxe y el Mondo Sonoro.

En definitiva, que como cada otoño, Gijón vuelve a ser referencia nacional y mundial en lo que cultura se refiere. Y solo por eso (y por películas como la que vi ayer, Dark Horse), ya merece la pena pasarse por el FIC Xixón 2009.