LA ELEGANCIA DEL PINGÜINO

domingo, 1 de junio de 2014

Humor absurdo 12.0

-¿Tienes la biografía de Dora Maar?
-Hay un par de ellas arriba.
-¿Y eso qué significa?
-... Que hay dos.

Conversación de dos clientes.
-¿Este dinero para qué es?
-Es de mi madre. Me lo dio para los libros y se lo voy a devolver.
-¿Y cuándo me vas a pagar entonces lo que me debes?
-Tranquila, se lo pido a mi madre.
-Pues entonces dame este dinero, no se lo devuelvas a tu madre, ¿no?
-…
-¿?
- Ah, vale.

-¿Dónde tenéis lo de Stefan Zweig?
-Aquí.
Pasa un rato.
-Perdone, no encuentro una novela de Stefan Zweig que se titula "Insomnia".
-¿"Insomnia"? Pero esa novela es de Stephen King, no de Stefan Zweig...
-Ah, claro, qué fallo..., eso quería decir, Stefan Queen.
-King, Stephen King.
-Ése.

-¿El "Cantar de mío Cid"?
-¿En qué edición?
-En una que no esté en castellano de eso que no se entiende.

Acaba de morir García Márquez. Enésimo cliente que me pide "Cien años de soledad".
-Interésame mucho a mí esi libru. No sé muy bien de qué va, pero está muy bien, ¿no?

-Busco una novela para regalar que esté ambientada en Japón o China. Oriental.
-Muy bien. Mire, “Balzac y la joven costurera china”. Una historia preciosa de amistad y amor en la China de la revolución cultural.
-Ajá.
-O este otro, “Seda”, un cuento sobre un amor imposible entre un fabricante de seda francés y una chica japonesa a la que ni siquiera puede tocar.
-Ajá
-También está muy bien “El abanico de seda”, una historia sobre la situación de la mujer en la China rural.
-Ajá.
-Y bueno..., nos acaba de llegar “La hija del dibujante”, ambientado en el Japón del S.XIX. Pero de este no tengo referencias.
-Me llevo este, que es muy gordo.

Entra un cliente.
-Hola. ¿La naturaleza?
Ahí fuera, amigo.

Al teléfono.
-¿Quería saber si tenéis unos títulos?
-¿Son novelas?
-No, son libros.

-¿Tenéis "Sabes por qué te han dejado"?
-Sí, en la sección de "autoayuda".
-¿En "autoayuda"?
¿Tú qué crees?

-¿Hojas de calco?
-No tenemos.
-Ser libreros y no tener hojas de calco...

Una pareja entra en la librería. Caminan mirando hacia los lados hasta que llegan a la caja y dicen:
-Perdone, ¿La salida?

Una cliente mira libros de Muñoz Molina, coge uno ("Sefarad") y pregunta:
-¿Estos qué son, tipo Sherlock Holmes?

Entra en la librería un hombre de mediana edad, gafas de culo de botella, pelo enmarañado y chubasquero. No llueve, pero lleva chubasquero. El tío despide un olor desagradable que denota una higiene sospechosa.
-Hola. ¿Tenéis “El Silmarillion”? Ya me leí “El hobbit” y “El Señor de los anillos”, y ahora me toca leer “El Silmarillion”.
-Sí, sí, lo tenemos. 
-Muy bien. Porque ya me leí “El hobbit” y “El Señor de los anillos”, los dos ambientados en la Tierra Media, y ahora me toca “El Silmarillion”.
-Muy bien. Sí. Se lo voy a buscar.
Me acerco hasta la estantería y el hombre (y su olor) me persigue hasta allí.
-Sabes, es que quiero leer “El Silmarillion”…
Le interrumpo.
-Sí, porque ya se ha leído “El hobbit” y “El Señor de los anillos”, ¿verdad?
-Efectivamente.
-Claro, y ahora le toca leer “El Silmarillion”.
-¡Sí!
El hombre sonríe. Nos entendemos. 
-Pues mire, aquí tiene. EL SILMARILLION.
-¡Genial!. –mira el libro como Gollum contempla su tesssssoooooroooooo- ¡“El Silmarillion”! Ya me leí “El hobbit” y “El Señor de los anillos”, y ahora me toca “El Silmarillion”.
-…

-Disculpe, creo que estoy un poco perdido. ¿Esta es la librería Cervantes?
Pues sí que está perdido, caballero... ¡28 Km!
  
-Hola, busco una novela que no sea asexuada.
- ...?¿

-Hola, ¿la narrativa roja?
-¿Lo qué?

-Perdone, ¿los "Episodios nacionales" de Tolstoi?

-Busco "La verdad sobre la casa de Harry nosecuanto". Me lo recetó una amiga.

-¿Tenéis "Hue-wor Z"?

-Hola. Vosotros libros sí, librería no, ¿no?
-¿Ein?

jueves, 20 de junio de 2013

Humor absurdo 11.0

-Quiero un libro para alguien que no lee.
-¿Sabe qué le gusta?
-No. Pero tiene que ser entretenido.
-Muy bien. A ver este...
-Uy, no, que debe tener la letra grande para que no se canse.
-Vale. Pues a ver este otro...
-Uf, no, no, que no puede ser gordo que ni lo abre.
-De acuerdo. ¿Y este otro?
-Naaaa... es que de este tema no creo que le enganche.
SEÑORA, ¿POR QUÉ COJONES QUIERE COMPRARLE UN LIBRO?

Conversación tontuna de dos adolescentes in love mirando libros.
-¡Jijijijiji!, mira, ¡Jijijijijijiji! "El gato-pato"... ¡Jijijijijiji!
-Es "El Gatopardo"
-Ah...

Al teléfono.
-Hola, buenas tardes.
-Hola, buenas tardes. Soy un cliente.

-¿Me das un libro que tienes en el escaparate?
-¿Qué libro?
-No recuerdo el título.
-¿En qué escaparate estaba?
-Mmmm... no lo recuerdo ahora.
-Bueno, acompáñeme y vamos mirando en todos los escaparates.
Búsqueda infructuosa. Volvemos adentro.
-Qué raro... no lo veo ahora.
-¿Pero no lo había visto justo antes de preguntarme?
-Sí, sí...
-...
Se va. Vuelve a los dos minutos con cara de felicidad.
-Ya me acuerdo. No lo vi en el escaparate. ¡Lo vi en el Teletexto de mi casa!

-Vengo buscando un libro, pero no de los de leer.

-¿Victor Hugo?
-¿Qué título busca?
-No sé si es "Los invencibles" o "Los inmortales".
Sí, solo puede quedar uno...

21.00 Hora Zulú. Queda poco para cerrar. Se acerca a la caja un hombre octogenario con gafas de sol y gorra.
-Quería el libro que tenéis en el escaparate que se titula "Aventuras eróticas".

-Disculpe, una pregunta: ¿Controla usted de Facebook?
-Bueno... algo.
-¿Y sabe lo que es el Cundy Crush Saga?
-...sí, un juego.
-Pues resulta que me bloquearon el perfil de Facebook durante varios días y cuando lo recuperé, ya no aparecía mi cara en el Cundy Crush.
-Ah...
-Y estaba en el nivel 145. Ahora en el 0.
-Ajá...
-Y me sacaron del reino.
-...
-Y claro, antes veía mi puntuación en comparación con la de mis amigos, ¡y ahora salgo yo solo!
-...
-¿Cómo lo puedo arreglar?
-Mire en Facebook. En reclamaciones.
-Ah, claro. Muchas gracias.

miércoles, 11 de julio de 2012

Humor Absurdo 10.0.

-¡Hostia, un libro de nazis de Miliki!

-"El abuelo que saltó por la ventana y se largó". ¡Joder! ¡Cada vez lo tienen más jodido los que se dedican a poner títulos a los libros!

-Quiero un marca-pasos de esos de hologramas.

-Por favor, tiene que firmar aquí.
-¿En dónde firmo?
-En donde pone "firma".

-¿Tenéis pasa-palabras de publicidad?

-"Juego de Tronos" es como "El señor de los anillos" pero follando y cortando cabezas.

-Son 18,95.
-¿Cuánto cuesta?
-...

 -Tiene el libro en la planta de arriba.
-¿Y por dónde se sube?
-...Por la escalera.

-Hola, ¿vendéis mochilas?


miércoles, 23 de mayo de 2012

¿Quién quiere ser millonario (pudiendo tener una xata culona)?

Voy a tener una Xata. Para ser exactos una Xata Roxa Culona Asturiana de los valles. Está escrito en las estrellas, y todo el mundo sabe que lo que dicen unas bolas gigantes de fuego que flotan en el espacio exterior es incuestionable.

Una noche de la semana pasada unos amigos y yo nos hicimos con unas papeletas (cada uno la nuestra, evitando futuras trifulcas) para la rifa de una Xata. Estábamos tomando algo cuando nos las ofreció una chica alemana con un acento asturiano gracioso y una retórica convincente (no nos engañemos, a esas horas todo nos resultaba gracioso y convincente), y claro, vimos la ganga. ¿El sorteo dentro de cinco meses de una xata que (lógicamente) aún no nació? ¿CUÁNTO HAY QUE PONER? El 13 de octubre es el día, y acertar las cuatro últimas cifras de la Lotería Nacional el objetivo. Podemos.

Ya estoy pensando nombres. El primero que me vino a la cabeza fue Clarabella, como la novia de Goofy, pero como suena demasiado a vieja, y mi vaca, al menos durante sus primeros años de vida, será un animal rebosante de juventud, lo desestimé rápidamente. Hasta que tome una decisión en firma la llamaré cariñosamente Xata Roxa Culona Asturiana de los valles (y de todos los santos).

Como el sorteo es en octubre, supongo que hasta noviembre no podrá venir conmigo. Es decir, justo a tiempo para inaugurar la temporada de entrada libre de mascotas en la playa. No veo la hora de ir con Xata Roxa Culona Asturiana de los valles a la arena de San Lorenzo, y que socialice libremente con otros colegas animales mientras le tiro una pelotita y me la devuelve. Vaya emoción.


La xata se va a quedar conmigo, en mi casa, o mejor dicho, en el mismo edificio en el que vivo. Yo no tendría ningún problema en subirla, pero al darse la circunstancia de que comparto piso, y teniendo en cuenta que vivir conmigo ya conlleva alguna que otra rareza, la opción de instalarla en el salón (lo que me parece lo más natural y cómodo para ella) queda descartada por completo. Estudiadas todas las demás opciones, lo mejor sería atarla junto al ascensor, donde hay un espacio holgado para que un buen bóvido instale cómodamente sus posaderas. Además, estaría en un lugar privilegiado para saludar a mis vecinos nada más abrir la puerta. Muuuuuu. Y si quisiesen, podríamos usar sus cuernos como tendal comunitario. Evidentemente, el hecho de que mi edificio esté habitado por gárgolas octogenarias puede ser fuente de conflicto (es posible que las generaciones de antes no vean del todo bien cohabitar con una vaca. Rancios), pero intentaré hacerles ver las maravillas de convivir en pacífica armonía con una xata guapa, sana y limpia. Para este menester, lo primero que propondré será disponer de un biberón junto al ascensor (pagado con cargo a la comunidad, claro) con el que todos los vecinos le puedan dar de comer a diario durante los primeros meses. Esas cosas unen. En cuestión de tiempo los veremos a todos con camisetas que pongan I love XCRAdlv.

Que nadie lo dude: tengo pensado sacarla a pasear. Porque una vaca no es un animal para tenerlo encerrado todo el día en casa. Sería una crueldad. Pero nada de ir por ahí pegándole zurriagazos en el culo con un palo y gritándole sonidos ininteligibles tipo "uuuuuuuaaaaaa, chachachachachacha". De eso nada. Iremos en igualdad de condiciones; en paralelo (si lo ancho de la calle nos lo permite). A lo sumo, la llevaré con correa, por si le da por salir disparada detrás de una paloma. Un detalle a tener en cuenta es que la zona en la que vivo es una mezcla de señoronas y señorones de Gijón y modernillos-hipsters, así que para ganarme a los primeros le pondré un pañal con el que evitar posibles miradas clasistas de desprecio (como si ell@s no cagasen), y para hacerme caer simpáticos a los segundos le cortaré el flequillo rollo mod. No va a haber quién nos pare. Evitaré deliveradamente itinerarios de paseo en los que pasemos delante de carnicerías y charcuterías, por si la criatura me sale sensible y aprensiva,  y procuraré también acercarla de vez en cuando hasta esa tienda en la que uno de sus congéneres baila de forma tan vergonzante en el escaparate. Será una lección vital para hacer de ella una vaca rockera. Tolón, tolón.

Y en cuanto llegue el buen tiempo, iremos a la Cuesta´l Cholo (al Lavaderu no, que es de chonis) para que tiemblen los guais que van con sus perrones devoradores de niños a tomar unas cañas al sol. En cuanto me vean aparecer con la xata, seré lo máximo. Y si su presencia supone alguna molestia en lo referente al espacio que ocupa (esta maldita sociedad siempre estigmatizando el sobrepeso) solicitaré el permiso para aparcar en zona azul por ser residente del barrio. Todo controlado.

Sí, lo sé. Éso que sentís ahora mismo se llama envidia. Porque ¿quién quiere ser millonario pudiendo tener una xata culona?


sábado, 17 de marzo de 2012

Humor Absurdo 9.0.

-Hola, quiero reservar un ejemplar de la segunda parte de Canción de Hielo y Fuego: "Choque de trenes".

-¿Tenéis "Cometas en el cielo"?
-¿Formato grande o bolsillo?
-Mediano

-¿Se ha publicado "Hunger Games" en castellano?
-Sí, mire, aquí lo tiene.
Gesto de asombro.
-¿Lo tradujeron como "Los juegos del hambre"?

-Busco "El club de la lucha" de Palahniuk.
-Aquí tiene.
-¿Esta es la novela, "novela"?

Se acerca un hombre con cara de loco.
-¿Tienen libros de zoofilia?
-Creo que no. Pregunte arriba.
-¿Pero tú sabes lo que es la zoofilia?
-Pregunte arriba.
Al rato vuelve.
-Perdone, es que su compañera me ha mandado a la sección de animales.
¿Y no miró en enfermedades mentales?

-Hola, quizás me interese trabajar con ustedes.

-Éste libro está muy bien. La autora es la mujer de Paul Auster.
-Ah, sí, Sharon Stone, a la que mató Charles Manson.
-...
-Madre...vaya desgracia. Estaben chiflados ésos.
-No, no. Paul Auster, no Pol-anski.
-Ah, bueno... me lo llevo igual. Ya puede estar bien guapín, o vengo y te arranco una oreja.

-Son 18,90.
-Aquí tiene.
-Muchas gracias.
-¿Qué pasa que no envolvéis para regalo?

-Disculpe ¿cuánto mide este libro?
-No lo sé.
-¿Tiene por ahí una regla?

jueves, 23 de febrero de 2012

Serie Negra (XI): El observador.

Una gota de sudor le resbaló por la cara. Eran las dos de la tarde y Sócrates Zacarías se axfisiaba de calor. Norteña no era un lugar caluroso, ni siquiera en Agosto, pero lucir gabardina y sombrero bajo la solana del mediodía no ayudaba precisamente a una ventilación adecuada. Las formas son las formas, se decía siempre. Si quería ser un detective debía vestirse y comportarse como tal. Por eso le cambió el color a su coche. Porque no se podía tomar en serio a un detective en un Twingo rosa. Azul metalizado era otra historia.
Después de hablar con el Mercromino, Sócrates se había acercado hasta uno de los locales de Helios. Según la agenda de Belarmino Arnau, cada Viernes a la hora de comer, el mafioso se reunía en ese sitio con sus socios para tratar asuntos de diversa índole. La visita aquella mañana del chino a la oficina había convencido a Sócrates de que Helios estaba metido en el asunto, y pensaba hacerle cantar. Pero, ¿quién era Helios? Helios Gurruchaga era el gangster por excelencia de Norteña, un empresario de la noche que había hecho fortuna trapicheando en sus bares y restaurantes. Tenía importantes contactos en el ayuntamiento, así que la policía normalmente hacía la vista gorda. No toda, por supuesto. El comisario Macario, habitual colaborador de Belarmino Arnau, le tenía en el punto de mira. Pero sin pruebas en su contra, y con el apoyo político que lo encubría, de momento Helios seguía siendo intocable.

Sócrates, agazapado detrás de un periódico con la discreción que había aprendido de los libros estudiados acerca de la CIA, se apostó delante del restaurante, en un banco, y comenzó la vigilancia. Llevaría allí sentado apenas cinco minutos, cuando le sorprendió un anciano a su lado.
-Caballero, ¿tiene fuego?
-Disculpe, no fumo.
-Oh, vaya... -dijo con tono de decepción el anciano. -Al verlo ahí plantado, con esa pinta de haber salido de una película de Humphrey Bogart, y espiando a través del periódico, pensé que sería usted una especie de detective. Y claro, todo detective que se precie fuma. Eso lo sabe todo el mundo.
-¿Cómo dice? -preguntó Sócrates desconcertado.
-Está usted espiando ese local de enfrente. Es evidente. -repuso el anciano con convicción.
-¿Perdón?
-Bueno, no hace falta ser Sherlock Holmes para suponer que si está leyendo un periódico con dos agujeros en medio, en realidad lo que le interesa es lo que se encuentra delante de usted.

Sócrates maldijo para sí mismo. En el futuro debería ser más cuidadoso con ese tipo de detalles. Intentó improvisar.

-Eh...bueno, en realidad estoy esperando a mi novia. Trabaja en ese local.
-Ajá...-asintió el anciano mirando hacia el cartel del local. - El Revienta Pelvis... Ya veo que es usted un hombre liberal.
Sócrates enrojeció.
-Es una pena -continuó el anciano. -Por un momento pensé que sería usted un detective investigando al dueño de ese bar.
-¿Por qué iba a hace eso? -dijo Sócrates fingiendo sorpresa.
-Oh, vamos, joven. ¿Me toma por tonto? ¿Se cree que es el primero que se ha plantado aquí delante a espiar a Helios Gurruchaga?
Sócrates no supo qué decir.
-Bueno, desde luego es el primero tan torpe como para hacer ese truquito de los agujeros en los periódicos. -continuó el viejo -Yo puedo ayudarle en su misión. Conozco una entrada oculta sin vigilancia por la que podría entrar al local si eso es lo que quiere.
-Por supuesto que querría. Sería de gran ayuda. -contestó el aprendiz de detective entusiasmado.
-Solo pondré una condición para ayudarle. Que me diga, con absoluta sinceridad, la naturaleza de sus sus intenciones con respecto a ese cretino de Helios.
-Oh, bueno, lo lamento pero eso es información confidencial.
-En ese caso... -dijo el anciano dándose la vuelta.
-Espere, espere. Mire, no conviene dar aire a este asunto. Es peligroso. Lo único que le puedo decir, y créame que es más de lo que debería, es que la vida de un hombre está en peligro. Y es Helios el responsable.
-Ajá...-asintió el viejo. -Suficiente. Acompáñeme.

El anciano, ayudado de su bastón, cruzó la calle con pasos cortos pero continuos y se dirigió al callejón paralelo al local. Atravesó un laberinto de callejuelas girando a derecha e izquierda sin un aparente rumbo, hasta que de repente, cuando Sócrates ya estaba convencido de que se habían perdido, se paró delante de una puerta, sacó una llave del bolso y la abrió invitándole a entrar. Una vez dentro, el anciano palpó la pared hasta dar con el interruptor de la luz, encendió y señaló hacia unas escaleras que había delante.

-Por ahí se sube, joven. Y tenga cuidado, este tugurio está lleno de seguridad. A estas horas encontrará a Helios en el comedor grande. Suele pasarse de sobremesa con sus amigotes hasta tarde.
-Muchas gracias, de verdad. Pero dígame una cosa: ¿Por qué tiene una llave de la puerta trasera?
-Disculpe, ¿no me he presentado? Soy Héctor Gurruchaga -dijo ofreciéndole la mano a Sócrates. -el padre de Helios.

(...)