Edgar Allan Poe...y Nunca Más...

Ayer, 19 de Enero de 2009, se cumplieron 200 años del nacimiento del que es, posiblemente, el autor más importante de la literatura norteamericana: Edgar Allan Poe (1809-1849).

Su vida y obra están impregnados de un halo trágico indisoluble: alcohólico, pobre, desgraciado en el amor...la vida de Poe es un poema y su obra, ARTE en mayúsculas. Dicen que su verdadero placer era escribir poesía, y de hecho nos legó poemas imperecederos como El Cuervo o Annabel Lee. Pero con lo que se ganó su fama universal fue con el relato corto, tanto de terror como de suspense, siendo considerado por ello el precursor del género policíaco y de misterio.

Cuentan las malas lenguas que al bueno de Poe le gustaba bastante empinar el codo, lo que parece corroborarlo su muerte en Baltimore, en 1849, presa de un Delirium Tremens. No obstante, hay prestigiosos estudiosos de su obra como Julio Cortázar o Mathew Pearl, que defienden la tesis de que el problema del escritor norteamericano no era que le gustase demasiado el pipiripipipí, sino una supuesta tolerancia cero al alcohol (vamos, lo mismo que le decía yo a mi madre los Domingos por la mañana...)

Sea como fuere, y pese a sus extravagancias (véase el casarse con su prima de 14 años -como podemos comprobar, Michael Jackson no fue el primero-), Edgar Allan Poe se merece el puesto más alto del Olimpo literario, y obras como El Corazón Delator, La Caída de la Casa Usher, El Extraordinario Caso del Señor Valdemar y un largo etc, no hacen sino demostrarlo.

Gracias Maestro.