LA ELEGANCIA DEL PINGÜINO: Tratado Gótico Vol. I

jueves, 22 de octubre de 2009

Tratado Gótico Vol. I


-El gótico es gótico porque el mundo le ha hecho asi.
-El gótico no teme a la oscuridad, aunque más de uno deja la luz encendida de noche (para no pisar al gato, que obviamente es negro).
-El gótico no teme a la muerte, pero si muere después de una vida larga y agradable, mejor que mejor.
-El gótico no duerme, muere durante 6-8 horas (y si lo oyes roncar, en realidad está gimiendo).
-El gótico usa mortaja, nunca pijama.
-El gótico adora las películas de Tim Burton, porque aunque no las entienda, sus muñequitos de plastilina son super molones.
-El gótico adora las pelis de Serie B de la Hammer, aunque lo único que conozca con ese nombre sea un todoterreno.
-El gótico nunca ríe porque la vida es demasiado triste. Si alguna vez parece hacerlo, seguramente se deba a que esté disimulando un erupto.
-El gótico no es parido, sino abortado.
-El gótico no se interesa por algo tan banal como la belleza. Como dice el dicho: "cuanto más feo, más gótico”.
-El gótico adora la lectura, pero lee poco porque a oscuras no ve un pimiento (ni siquiera un pimiento gótico).
-El gótico es gótico aunque no tenga ni idea de qué significa exactamente ser gótico. ¿No es suficiente salir a la calle disfrazado de vampiro?
-El gótico no llora, sangra.
-El gótico no hace de cuerpo, excreta.
-El gótico odia a los EMO, porque van de siniestros y torturados.
-El gótico varón es identificable por tener cimborrio, y la fémina por tener arcos apuntados y bóveda de crucería. Del coito de ambos surge lo que se conoce como gótico flamígero.
-El gótico odia el sol porque es fotosensible. Si lo ves en la playa es porque está poniéndose "negro".
-El gótico no necesita vestirse de acuerdo al protocolo en una reunión con el presidente de EEUU.
-El gótico escucha grupos góticos, aunque no diferencie uno de otro.
-El gótico no canta, aúlla.
-El gótico no descuida su higiene personal, le gusta las telas de araña como atrezo corporal.
-El gótico no es feliz, y si por casualidad lo es, se recuerda lo jodido de la vida retorciéndose un cojón o metiéndose una pajita en las uñas.

 Yo no soy gótico, soy melangótico.